Estos dos hermanos de Bácor son agricultores de segunda generación, como ellos mismos dicen. Jaime y Yoel se han hecho cargo de los 8.000 cerezos que pertenecían a sus padres en los 90 y que ahora, tras 32 años pasan a sus manos.
Las cerezas son su medio de vida y por eso viven todo el año cuidando su cultivo.
En la época de recolección, en mayo, cuentan con la ayuda de algunos vecinos para recoger una a una esta fruta. También su procesado es muy artesanal, seleccionan individualmente cada cereza para vender solo las de excelente calidad.
Tres son las variedades de cereza que cultivan Jaime y Yoel: Burlat, Starking y Summit. Con su inconfundible color granate, forma redondeada y suculento sabor dulce, lo único que las distingue es su periodo de maduración, que inician las cerezas Burlat y una quincena después las Summit y Starking.
Para Jaime y Yoel es un orgullo poder continuar con el legado de sus padres y ser agricultores. Desde su pequeño pueblo accitano invitan a todo el mundo a probar esta fruta que sabe a verano.
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