Daniel pasó los veranos de su infancia viendo crecer las almendros ecológicos de una pequeña finca en Freila, un pueblo del Altiplano de Granada. Los mismos almendros de los que hoy se hace cargo como agricultor, cogiendo el relevo de su padre.
¿Por qué la almendra? Porque su cultivo regenerativo, como dice el propio Dani, en esta zona de presierra es “muy agradecido”. Cuidando los árboles con una poda regular (que incorpora a la cubierta vegetal) y mirando por la tierra con abono orgánico y labranza mínimamente invasiva, se consigue una almendra ecológica exquisita.
Muchas son las etapas del ciclo de cultivo del almendro, desde su floración en marzo (para la que acoge colmenas de apicultura regenerativa) a la cosecha al final del verano. Y en todas ellas Dani está presente para supervisar que el fruto sea de máxima calidad y respete las pautas de la agricultura regenerativa.
De sus almendros ecológicos cosecha las variedades Guara, Marta, Antoñeta, Ferragnes, Constató, Comuna y, la joya de la corona, la Marcona. Luego pueden comprarse con piel o repeladas, o en otros productos etiqueta limpia 100% almendra como harina, leche o crema.
La almendra es un fruto seco rico en proteínas, grasas saludables y fibra. Además proporcionan vitamina E, potasio y antioxidantes que serán las mejores aliadas para la salud de tu corazón.
Su inmensa versatilidad, riqueza nutritiva y virtudes gastronómicas la convierten en toda una joya culinaria, por eso es uno de los frutos secos más apreciados y consumidos. Para tomarlas cruda como picoteo o de ingrediente en dulces, cremas o sopas frías, las almendras ecológicas siempre serán el ingrediente estrella.
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